|   
 
 Tarde a tarde espero Tarde a tarde quedo No juegues conmigo  Y estamos a tiempo Coro: El alba de tu despertar MÃa nada mas canción de J. M. Napoleon 
  | 
jueves, 3 de julio de 2008
MÃa nada más
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
|   
 
 Tarde a tarde espero Tarde a tarde quedo No juegues conmigo  Y estamos a tiempo Coro: El alba de tu despertar MÃa nada mas canción de J. M. Napoleon 
  | 
(let me love you)
ResponderEliminarQuiero amarte dulcemente
Sin el temor a romper
Hoy nuevamente
Mi golpeado coraz처n [Coro]
Quisiera ser m찼s que una arteria
Que cubre tu coraz처n
Ir navegando en tu sistema
Como roc챠o en la flor
M처jame con tu aroma
Ir cosechando pasi처n
Ho! D챕jame amarte
Como nunca doli처, jam찼s Quiero amarte libremente
Y pensar que si caigo de repente
Son tus brazos los que estar찼n [Coro]
Quisiera ser m찼s que una arteria
Que cubre tu coraz처n
Ir navegando en tu sistema
Como roc챠o en la flor
M처jame con tu aroma
Ho! D챕jame amarte
Como nunca doli처, jam찼s Quiero amarte claramente
Sin oscuridad, y gritarte eternamente,
Que eres mi luna y sol
Mi fuego y mar [Coro]
Quisiera ser m찼s que una arteria
Que cubre tu coraz처n
Ir navegando en tu sistema
Como roc챠o en la flor
M처jame con tu aroma
Ir cosechando pasi처n
Oh! D챕jame amarte
Como nunca doli처, jam찼s Deja amarte como la luna ama al sol
Y as챠 entregarte un eclipse de amor
Vamos ya, vamos ya Thalia
Porque vino a mÃ, sin pedirme nada,
ResponderEliminarla dejé partir sin llamarla mÃa,
Como en un suspiro casi sin nombrarla,
la llamé deseo y ella me llamó su vida.
Ella dio por mÃ, vida, cuerpo y alma,
pero sin medir cuanto la querÃa,
Fui todo perfecto para su mirada,
mas no supe nunca ser lo que su amor veÃa.
Yo no supe amarla como merecÃa,
yo no supe amarla ni llamarla mÃa.
Sin ningún sentido la llené de ausencias
y ella en su memoria aprendió a evadirlas,
quise ser por ella lo que me pedÃa,
sin que lo quisiera solo fui su herida,
hace más de un siglo que no he vuelto a verla
pero sé que siente que ha pasado un dÃa,
yo no supe amarla como merecÃa,
yo no supe amarla ni llamarla mÃa. Jorge Rojas