lunes, 9 de noviembre de 2009

Atrapada en la poesía

 


 

¡Qué ganas de abandonar el mundo cuando me hiero,

cuando tomo una mala decisión

cuando dejo el mundo entero!

Cuando recaigo y me muero

y quiero morir.

 

Qué ganas de no entender nada,

de sumergirse no sé a donde,

quién soy y de dónde vengo,

cómo empezar a entender lo que pasó

 

 

en mis vestidos de niña

en mis cuentos de infancia,

y ahora que la vida me saluda

cuando la flor de mis tiempos florece

cuando debiera sembrar y cosechar al tiempo

me malgasto en este arte

que me embruja el rostro

que me seca los dedos,

que deja huella muda en tantos espacios de otoño.

 

Yo no olvidaré la poesía,

ni los ojos de niña cuando miraba hacía mi mar

cuando lo abrazaba hacia mi pecho

mientras el viento me traía su mirada,

cuando lo recogía con mis manos

cuando sus olas mojaban la arena de mi alma.

 

Qué ganas de dramatizar esta vida,

qué ganas de inmolarse y sepultarse,

cuál es esta gana de inventar, de fantasear,

de crear,

cuál es esta gana que tengo de soñar,

dónde debiera irme

dónde debiera huir.

Qué hago de mí,

qué hago de mí,

¿Cuándo es que voy a despertar?

 

 

1 comentario:

  1. despertar entiendo como morir
    morir en lo que se encarga de mantenerte
    siempre vivia, siempre equilibrada en el extenso caos
    despertar y solo ver agua en vez de mar
    despertar y solo sentir el aire
    como eso que envenena.

    aveces lo mejor es seguir soñando.

    zandor x

    ResponderEliminar