Nahni

Diez años han pasado desde que me fui de casa     Meditando voy camino de regreso y por mas que le de vueltas al asunto, se que me desterré a mi mismo aunque permanecí en pie. Sigo vivo dirían algunos, eso  sí, si vivir es caminar por el mundo con un pedazo de corazón desportillado que poco a poco se fue desmoronado como la arena de un castillo hecho en el mar condenándome a despertar día a día sin amor , sin esperanzas     Me doy cuenta que la realidad es caminar vagabundo, forasteramente por un mundo  despojado de patria, tradiciones,  corazón y  afectos     Regreso a donde empecé sin respuestas, sin solución a mis planteamientos, buscándome en lo más profundo de la noche, en mi niñez arrinconada, en  tus manos de nido caricias de mis soledades más eternas, en  donde mis ojos lloraban sangre y mis impotencia reptaba golpeando puertas sin lograr dormir     Mientras manejo; enciendo un cigarrillo; la niebla oscurece mis ojos; no son lágrimas esas se secaron el día que me fui como te prometí, aún  viendo que  tus ojos eran reflejo de los míos     Llegue antes de que partieras hacia el cielo de tus ancestros y ahora que vuelvo ha estar tan lejos de todo aquello, se fugan los repasos dolientes, cerrados y oscuros     Dentro de la cerrazón que inunda mi espíritu, sé  que en donde estas me escuchas y yo seguiré viéndote en donde las olas del mar golpeen sin cesar junto al arrecife, en el roce de unos pies cansados, en las manos de los ancianos, en lo más profundo de mi alma donde guardo tu amor , la fuerza y el coraje de tus brazos como el honor  por tus ancestros ; los hombres sonrientes     Sombra