Uruk

El guía me ha abandonado en la madrugada del tercer día de marcha desde el último poblado habitado Debí imaginar que pasaría esto  teniendo en cuenta su cara de terror cuando le mostré el mapa y la carta  que me hiciera llegar mi amigo Carlos; quien estaba en un proyecto arqueológico en el corazón del Amazonas del cual poco conocía yo, pero según él consistía en  encontrar  la Ciudad  Perdida de Uruk , con lo cual la conexión entre la tierra y las estrellas quedaría evidenciada  O sea: ¿seriamos descendientes de una raza estelar o en la antigüedad ellos estuvieron acá? Era una pregunta que no dejaba de inquietarme al mismo tiempo que me hacia sentir como un idiota que se las cree todas O quizás el desplazamiento  durante cuatro días a través de la selva, con calor pegajoso e insoportable marchando  a pie y abriendo el sendero enmarañado de enredaderas a machete  me ha agotado y ya no coordino normalmente Muy dentro mío se más que la ciudad perdida lo que me lleva a seguir adelante son las voces que crecen mi cerebro sin dejarme un solo momento. Esas que  empezaron cuando las informes de Carlos comenzaron a ralear;  hasta no tenerlas más; voces que se repiten constantemente “En algún lugar más allá de las estrellas, en algún lugar entre los mundos, en algún lugar entre las oscuras marañas de selva  existe un lugar en el que nunca has estado, pero es el lugar en que tu ser  fue creado y al que debes regresar” Voces  cada vez más perentorias, es como un llamado que no puedo, ni quiero desoír  Debo llegar más allá del último horizonte, donde la realidad se convierte en una cascada de luz que lo baña todo y  es la puerta de acceso a Uruk Ahora lo se, a medida que me acerco a  Uruk  algo en mi interior va cambiando y presiento que cuando esto acabe jamás seré el mismo “En algún lugar más allá de las estrellas, en algún lugar entre los mundos esta Elelux que jamás permitiría que te perdieras” “Vete, aléjate, no sigas será tu perdición Ahora las voces son dos, una que alienta y otra que pretende alejarme, sus gritos en mi cabeza me desquician, se que debo llegar o esto no va a parar Cierro los ojos y aprecio, rebosantes sensaciones, y un sonido que parece  unir mi cuerpo a la tierra Siento  en la carne el tacto de la selva, el suelo   húmedo  corriendo entre mis dedos, las estrellas al mediodía, el aroma de los árboles  y de la savia corriendo entre mis venas, el tacto de la naturaleza  acariciándome. Cuando abro  los ojos una vez más, estaba tirado en medio de las ruinas de una ciudad que debió ser majestuosa en sus albores;  las colosales estatuas de acólitos con sus rostros plácidos  inclinados  parecían observarme  desde su posición de guardianes, del lo que parecía ser un templo en cuya parte superior una especie de pirámide de cuatro caras, sin serlo realmente, rematada en una más pequeña en la cual ardía lo que parecía ser una antorcha;  era guardada por otro tipo de monjes guerreros supuse por sus caras feroces Intento ponerme en pie, estoy muy débil, me estoy fundiendo con esos seres pétreos en cada movimiento que hago , arrojo  relámpagos de color en globos brillantes: diamantes que se convertían en túneles, ventanas que se tornaban olas, océanos que caían en lluvia. Alzó una mano hasta los ojos  y quedó asombrado de ver un río de luz entre mis dedos. Todo quedó reducido a sensaciones. El corazón. Los  miembros  entumecidos como piedra….La comprensión que me golpea, año 2012 hoy es   20 de diciembre…yo soy el cuarto guardián de los poderes divinos de Uruk… mañana la puerta a las estrellas se abrirá para esos   poderes en salvaguarda  de la tierra   21 de diciembre de 2012 _ Despierta Raúl, no me asustes;  maldita sea, como se te ocurre . Eso que masticaste es  peyote