viernes, 9 de septiembre de 2011

El reflejo Oscar Wilde


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Cuando murió Narciso las flores de los campos quedaron desoladas
y solicitaron al río gotas de agua para llorarlo.

-¡Oh! -les respondió el río- aun cuando todas mis gotas de agua
se convirtieran en lágrimas,
no tendría suficientes para llorar yo mismo a Narciso: yo lo amaba.

-¡Oh! -prosiguieron las flores de los campos-
¿cómo no ibas a amar a Narciso? Era hermoso.

-¿Era hermoso? -preguntó el río.

-¿Y quién mejor que tú para saberlo? -dijeron las flores-.
Todos los días se inclinaba sobre tu ribazo, contemplaba en tus aguas su belleza...

-Si yo lo amaba -respondió el río- es porque, cuando se inclinaba sobre mí
, veía yo en sus ojos el reflejo de mis aguas.


 
Desconocia este relato y
me causo impacto por eso lo comparto
 
Un abrazo Iansa

4 comentarios:

  1. Gracias por compartir este cuento con nosotros

    En la mitología griega, Narciso era un joven conocido por su gran belleza. Tanto doncellas como muchachos se enamoraban de Narciso a causa de su hermosura, mas él rechazaba sus insinuaciones.
    Él estaba enamorado de su propia imagen reflejada en una fuente. En una contemplación absorta, incapaz de apartarse de su imagen, acabó arrojándose a las aguas y ahogándose. En el sitio donde su cuerpo había caído, creció una hermosa flor, que hizo honor al nombre y la memoria de Narciso.

    Por ello hablamos de Narcisismo en alusión a este mito que significa , amor a la imagen de sí mismo.

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  2. interesante vuelta tiene este escrito. Todos podemos amar lo mismo, pero no por los mismos motivos ni del mismo modo.

    saludos amor

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  3. Mas que amor narcisismo lo del río no tiene parangón
    me quede plof

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