El Jardín de las Tinieblas

Frío en el alma La noche con su  aura congelada Debilitada  consume mi  vida Mientras ecos de otros tiempos  zumban  en mi cabeza Transitando mordaces  por los arduos pasadizos oscuros Que conforman mi mente antigua  Sueño Hay consciencia Manos suaves recorriendo  mi piel Mariposas aleteando en mi sexo Cuerpo amado sobre el mío Y un muro de niebla que bloquea el sendero al encuentro del presente Otro tiempo y otro lugar Infinita distancia que separa sin piedad Vela encendida Que se consume rauda entre tanto  silencio Maldito crepúsculo matutino Que intima a nuestro deseo a convertirse en recelo Las voces Gritos que visten negras togas  Encadenan y aprisionan  En mis oídos Cacofonías  que quedaron  suspendidas en el tiempo Dicciones que nunca se eclipsan Huye Abriré el desfiladero de la luz para que se concreté  tu paso Del jardín de las tinieblas al planeta verde Allá volveremos a encontrarnos Cuando clavada tu mirada en la mía Refleje en tus ojos mi alma disolviendo las sombras del olvido   Ven ¡Rompe esta noche de inmenso frío! Que  entre tu pecho y brazos El calor de tus  besos Derrita  el insensible témpano De la indolencia que otrora penetro mis huesos