
Ayer conjuré susurrando a la bola de cristal. Esta respondió mostrando una escena transportándome a otro tiempo .
Envuelta por un tintineo familiar procedente de las pulseras que recorrían mis tobillos con cada pisada me abría paso entre gasas envuelta en aromas a inciensos
En mis manos portaba con sumo cuidado una bandeja con una pequeña jarra y un cuenco con pétalos .
Descendía por un templo rodeada por aceiteras prendidas iluminando el sendero hacia una bañera. allí de pie un hombre erguido esperaba.
La escena se desarrollaba en completo silencio cual ceremonia ritual.
Con un paño de lino descendía mi mano humedeciendo músculo a músculo a través de la dureza de su torso . para luego ungir su cuerpo con miel y aceite.
Y solo cuando pude ver la fuerza de su descomunal falo recobre de golpe la consciencia prometiéndome escarmentada no volver a conjurar en la noche . |
bello viaje en el tiempo, aunque el final abrupto deja con ganas de mas
ResponderEliminar¡OH , QUÉ CONJURO!
ResponderEliminarMuy bello poema , un conjuro , un ritual y un susto padre... jajaja