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Las doce han dado. El reloj emite el sonido que anuncia la hora del baile. Almas, muertos, espectros y demás seres de la oscuridad acuden hacia el castillo en aquel paraje lejano. Uno a uno van entrando mientras el pianista empieza a inundarlos con sus tetricas notas. No hay motivo para faltar, todos a aquella fiesta han de llegar. La condesa ha llegado, con su vestido cubierto de sangre, último festin que se dió en su no vida. La acompaña su inseparable pareja, que sacrifico su vida al ver a su amada muerta. El muñeco lloron tambien llega. Alma de un hombre condenado a vivir dentro de ese muñeco. Multiples pecados cometidos en vida. vidas sesgadas por su diversión. Mas ni el diablo lo quizo y lo confino dentro de ese muñeco de por vida. Las gemelas vampiras. Seductoras y amantes desmedidas. Seducen a los hombres para luego en el climax del orgasmo saciar su sed de sangre. Aun siguen con vida, pero ya pronto una mano humana terminará con su placer desmedido. Las parejas siguen llegando. La gran sala se llena con las risas de los visitantes. Otros bailan en medio de la gran sala. Beben en sus copas con sangre humana, y devoran el banquete de carne no humana. El ser mas temido y esperado anuncia su llegada. El Conde venido de tierras lejanas y extrañas. Todos temen mirarle a los ojos, porque el mismo infierno se ve reflejado en ellos. Todos se apartan. Nadie osa ponerse en su camino. Poco a poco camina hacia donde se halla el pianista. Este lo mira con serenidad y con un movimiento de cabeza hace una afirmacion. Una triste melodia se escucha. La melodia es "sobre una pareja de amantes que disfrutaron mucho, pero terminaron separados por la muerte. Ella condenada a morir para siempre y él condenado a una novida para contemplar su tumba". El conde detenido ante el pianista, seca sus mejillas con sus manos. Mira fijamente al pianista y luego sigue hacia su mesa para disfrutar de la melodia. La noche va transcurriendo lentamente. En las afueras del castillo se escucha la melodia, pero ningún mortal se atreve a penetrar en aquellos lugares prohibidos. Solo un lobo aulla a lo lejos acompañando la melodia. La luna llega a lo alto del cielo. y por el horizonte empieza a irse la oscuridad. La música va cesando y las parejas se van del castillo alejando. La fiesta esta por terminar. Cada muerto directo a su tumba, cada alma a su purgartorio. Pero el conde allí sigue en su mesa sentado. El pianista empieza de nuevo la melodia, y por la puerta una sombra aparece. Una bella mujer vestida de blanco y sangre. Se para a la mitad de la sala de baile, estira su mano. El conde camina hacia ella y toma su mano. Asi, despacio, empiezan a bailar, se miran, se abrazan, acercan sus cuerpos frios, se miran y se besan. La música sigue. Las demás parejas ya se fueron, solo aquellos amantes quedan. El sol aparece tras las montañas, los primero rayos de luz cubren todo. La pareja sigue bailando, la musica cesa. La bella mujer en el aire se desvanece. El conde queda solo. Ya no podrá volver a ver a su amada nuevamente. La noche de los muertos se ha terminado. Un nuevo ciclo habrá de esperar, hasta que las puertas del averno se abran de nuevo y a su amada le permitan escapar... |
miércoles, 22 de febrero de 2012
Noche de baile
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Me gustó sobre todo la ultima parte
ResponderEliminarUna sola noche al año ... al menos una que les da la fuerza para esperar volver a encontrarse
ResponderEliminarMe gusto
Una sola noche, un solo momento, una canción, un abrazo y un beso que se hace eterno y efimero a la vez.
ResponderEliminarGracias por leerme.