La niña y el león. (juicio juzgado el poder de la oscuridad) parte 2

La niña y el león. (juicio juzgado el poder de la oscuridad)    Frente a una densa neblina violeta, como una película vieja, reflejados los escenarios de momentos un tanto incomprensibles, se proyectan como golpes sobre la carne, parecido al ayer, parecido a los viejos momentos, sensaciones, alegrías olvidadas, joven el tiempo, sin heridas.   Al final del túnel la menuda figura de una niña, el corazón retumba, el alma desprende chispazos de emoción, aun en el hades se reconocen las almas, de espaldas se refleja una luz fingida, una luz extraña, nada igual a la del día y su mañana, ella acaricia un león, sin poderle tocar, trato de alcanzarle mas su espalda es un testigo cruel del esfuerzo, todo se detiene una gota de sudor recorre el rostro, gemidos extasiados, mientras recorre el lomo de la fiera bestia.   Ante mi, el oráculo del pensamiento, rostros segregados por todos lados, cuerpos desnudos, con diferentes parejas, pero una sola dama, mas y mas multiplicadas por millares, el mismo rostro conocido, probando el dulce sabor del éxtasis, carisias insanas, sudoraciones, y en un rincón, de color blanco y negro, algo parecido a un recuerdo, se le ve un parecido, una diminuta figura se dibuja en aquel recuadro.   La inocencia rebasada por la carne, por el deseo, por el apasionamiento, casi indivisible Una experiencia casi extinta.   Así es mi querido amor, esa es mi alma y esa es tu entrega, este es mi destino y este es tu cruel realidad, minimizado a polvo, creíste en la majestuosidad de tu amor, mira, mira bien, acaso eso significa tu lucha, el alma y el cuerpo entregados, a una ramera llamada vida, es así mi amor, no mas la niña en tus sueños, aquella que esperas, entre por la puerta, es mía es mi poder sobre ella, nada ni nadie, ni tu espada, ni tu alma, ni tus sueños y rezos, puede desapegarle de mi, jamás.   No te conozco, eres reconociole, pero distas en mucho en su real esencia.   A lo largo de tu historia, ambos recorrimos el camino, arrastrándote por la oscuridad, El es la fuerza de mi domino la fiereza del poder en los humanos, mírame a los ojos, te arrojaste a mis brazos, desde el primer momento, desde el primer beso, desde la primer caricia, lo que hice es no borrar esa sensación de ella, para que en su andar busque esas impresiones en otros cuerpo en otras vidas, algo único.   Estupideces.   Renuente a lo que dice la pequeña, lord de la oscuridad, todos somos uno, un susurro en el oído de la carne que por un precio paga, entregándose por siempre al placer, a los deseos bajos, al instinto animal que reina, mi apariencia es el dominio que te doblega, as llorado sangre, as sufrido con las espinas clavadas en el alma, mira mi corazón larva, mira dentro de el, eres tu, esto es tu creación, lamentas haber abierto las puertas y regresado a casa, a tu mundo, donde reinas y gobiernas, junto al maestro.     Lo que me han mostrado son ilusiones, falsas puestas de escena, ustedes manipulan, no existe, jamás existió, lo que he visto es producto de su afán por verme caer, lo que yo tuve lo que viví a su lado, lo que fue, jamás se repetirá, es invaluable, majestuoso, único, irrepetible.   Mi amor, mi vida, esto que as visto es real, es su vida, ella solo tiene el pensamiento clavado en ello, nunca sufrió tu partida, no lloro sangre, ni se arrastro en la oscuridad, jamás, observa.   De aquel cántaro luminoso la figura de ella en la actualidad, el león camina por la vereda a sus espaldas tomando la forma de un ser, catrín de saco negro.   Hola bella dama, de sus ojos centellantes luceros de fuego, en ella una mirada perdida entre la realidad y la mentira, te gustaría acompañarme, encaminándola al deseo, las lagrimas rojas desquebrajaban la mueca rota, al ver aquella figura se internarse en la oscuridad con aquel extraño ser.   Lo ves amor mío, nada de marionetas, ni mentiras o verdades a medias, es real, peleas y esperas en vano, es mejor morir ahora, es mejor regresar del lado del maestro, es tiempo ya de dejar de ser una larva y convertirte en su león.   Su poder va más allá…     zandor x