Quedé sumergida en el suelo,
compuesta de venas y de llanto,
no era más que un espejo viejo mi yo
en un charco de sangre.
Lo habia hecho y me había arrepentido
de dejar todo sin haber pensado,
de pasar por tanto sin haber soñado.
Me dejaste herida,
sin opción a angustia
solo sangrando
y en mi calvario profundo
permaneci en el beso eterno
de esta soledad marchita
que me distorciona la realidad
porque sigo siendo yo y la otra que no piensa.
Mi mente dividida en dos
pensando en reír y llorar
mi temporalidad multiplicada,
mi sentimiento posterior,
solo siento dolor en esta alma.
Herida y sin marcas,
con tanta sangre y sin cicatriz
muerta y con vida
en una alucinación de tanto
en un cementerio de estrellas
en un bosquejo mal escrito
en un oscuro invierno sin Dios.
Herida,
absorvida por el abandono,
llorando hasta saturar
las demás dependencias
que me hicieron cantar y cantar,
cantar y cantar...
Estoy riéndome de mí
estoy llorando por mí
estoy sangrando pero no tengo heridas externas
sólo estas que mi mente atormenta...

A.M.
No hay comentarios:
Publicar un comentario