viernes, 27 de noviembre de 2009

La imaginacion de Eduardo

Eduardo tenia una imaginación muy poderosa, ya desde niño, todo aquello que él armaba en su mente, iva tomando forma a su alrededor, en débiles tiras de humo blanco, que poco a poco crecían hasta crear aquello que habia imaginado.

Es así como de pronto todo se llenaba de mariposas azules, que revoloteaban por todos lados, o voraces enredaderas crecían de forma irrefrenable, transformando una cocina en una selva tropical, con leones y cazadores incluidos.

 

Toda esta fuerza soñadora, se potenciaba cuando él dormía, y no era descabellado que despertara en medio de un océano enfurecido, con la cama yendo de un lado al otro, hasta que poco a poco, todo ese escenario irreal se deshacía en columnas de humo blanco, que se introducían de vuelta en su mente.

 

A medida que fue creciendo, Eduardo mantuvo su habilidad como en el primer día, causando fastidio y resignación en sus padres, tíos y abuelos, pero transformándolo en la persona más popular entre los niños. Llegaban desde todas las puntas del pueblo, cientos de niños a pedirle que imaginara cosas, y de esa forma, una tranquila tarde de sábado, sé veia invadida por dragones, monumentales castillos que surgían de la nada, pasadizos secretos, piratas, ninjas, guerreros y cientos de seres mas, que causaban un absoluto y delicioso alboroto, a la hora de la siesta.

 

Un día Eduardo cayo enfermo, y estuvo durmiendo muchos dias, sin despertar ni una vez, preso de delirantes sueños que se manifestaban en el mundo real, los médicos tenían que atravesar enormes distancias imaginarias, de llanuras cambiantes, con cielos rojizos y lunas con cientos de ojos, con animales extravagantes que los seguían. Sus vecinos y parientes adultos, miraban con un aire de superioridad y formulaban frases como “El que vive soñando, muere durmiendo” o “Vivió siempre en las nubes y ahora sé cayo a la realidad” con las que trataban de parecer sabios, sin conseguirlo.

 

Cuando llego el 8 día de enfermedad y sueño, Eduardo despertó de golpe, abriendo los ojos e incorporándose de un salto, y su mundo imaginario se convulsiono, tembló de un extremo al otro, transformándose rápidamente en un huracán de humo blanco de fantasías, en el que no sé veia nada, que arraso con todo dentro de la pequeña habitación, hasta que al fin desapareció.

 

Cuando la calma volvió, se dieron cuenta que Eduardo no estaba dentro de la habitación, lo buscaron por toda la casa, sin encontrarlo, y siguieron buscando por toda la tarde, hasta que se cansaron y sentenciaron de que el huracán de imaginación fue tan fuerte, que el mismo se vio arrastrado, sin poder resistirse.

Aunque yo no creo que eso sea cierto, yo creo que el se fue por propia voluntad hacia esos mundos que el solo conoce y crea. Aun hoy en día, todos los niños del pueblo, aguardan con ansias los dias de vientos fuertes, con la esperanza de verlo regresar.

 

 

EL REY DE LOS DESTERRADOS

 

 

 

 

 

 

5 comentarios:

  1. Me recordaste el ultimo libro de king, la historia de Linsay.

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  2. recuerdo que cuando era niño, un Eduardo vivia en mi, con muchos mundos imaginarios.

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  3. Bellísimo , la imaginación es tan poderosa que nos permite acceder a mundos paralelos
    donde alguna vez ...podemos decidir quedarnos por siempre

    Es solo cuestión de alcanzar la cima de la torre de marfil o talvez llegar al horizonte en pegazo

    Un beso Alex

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