Desde mi Tumba a un Cuervo

Circulas sobre de mi eternidad ¿No discrepas, verdad? La tierra revuelta Los madrigales destruidos ¿No diferencias, verdad? Aullo  arañando los tablones ¿No distingues, verdad ? Nada te conmueve   Me asfixio Mueren mis acalambradas fuerzas Y persistes en tu transitar insensible Escarbo la madera Mis uñas se desgajan Se destrozan Pero estás sordo, ciego, indiferente Y tan  lejano Sangre de mis manos Resbalando por mi cuerpo Y mi rostro Desfigurado que se contrae amoratado Perfora mi cerebro la comprensión de una mala muerte Son los últimos espasmos de cordura Lo se bien Experimento revelarme ante tu presencia Acaparar  tu atención Agudizando mis sentidos Te siento caminar Más no me oyes Muero prisionera de mi anatema Ya no grito Suspiro Calló Dolor Silencio Todo y Nada Peregrinas sobre  tierra olvidada Bruna  y asonada Profanada  y  desolada En el último instante antes de rendirme entiendo Que deambulas sobre mi condena Y que transitas  estoico Agraviando  mi descanso en la sepultura