El hada , el dragón y el trotamundos solitario

Una nube verde de vapor viciado flotaba a lo largo de todo el castillo y en especial en la mazmorra.  La insuficiente luz del habitáculo no permitía distinguir mucho, sólo lo suficiente para poder diferenciar la presencia de dos seres muy dispares   Ella, figura sutil y alada, se sentía como una  muñequilla de porcelana con una de sus alas quebrada a escasos centímetros de unas fauces descomunales  El espanto  la mantenía estática pegada a la pared de su celda   Él, gigante y rugoso  capaz de empequeñecer la figura de cualquier ser humano por mas guerrero y audaz que fuera  De su hocico emanaban vahos amenazadores Al cabo de unos segundos alargó su zarpa dispuesto a comenzar el festín

 

 

 Pero en ese mismísimo instante a lomos de un caballo alado apareció un  caballero, que se interpuso entre ambas figuras

El dragón amenazaba con desmenuzarlo al menor de sus movimientos

Pero el era un trotamundos solitario que había visto y vivido miles de aventuras, a lo largo de los evos y siempre al servicio de los mas débiles

Por lo tanto, él guardó la calma, retiró su lanza y de uno de sus bolsillos extrajo un pequeño libro que comenzó a leer ante los ojos incrédulos y desorbitados del dragón

 Era una actividad desconocida por el animal fabuloso que completamente hipnotizado   escuchaba  a su interlocutor

- Los dragones blancos  son seres muy buenos, son dentro de los de su  raza mística  portadores de la suerte y  capaces de surcar los mares del cielo arriba y debajo y  recorrer cualquier distancia del planeta para hacer sonreír a los niños y jóvenes  de la Gaia.

Saben flotar en las nubes transformándolas en algodón de azúcar, del polvo de una estrella inventar purpurina de colores, pasear  en su lomo a damitas y caballeritos por los cielos azules; incluso de la estela de un cometa inventar fuegos artificiales

Al oír estas palabras el dragón comenzó a estremecerse

 

 Pensó por qué él,  no podía ser bueno

 No le gustaba esta postura de ser el malo de la película.  Sólo tenía ganas de volar y acercar la felicidad a los demás como contaba ese caballero

 

Ese solo pensamiento dicho con el corazón

Surco el infinito y desde la constelación de Draco

Un rayo mágico avanzo y toco a nuestro dragón

Había dejado de ser un dragón común para convertirse en un dragón de la suerte

 

Él  lloraba de alegría sintiendo en su corazón el amor por todos

 Al chocar  cada una de sus lágrimas en el suelo brotaban   rosas que levanto con delicadeza y  entregó al hadita

Quien respiro aliviada ante el fenómeno

 

Fue entonces que nuestro dragón recordó tiempos antiguos donde él era un gran sabio y enseñaba a leer a todos aquellos que querían aprender sobre las verdades del universo

 Al caballero le prometió que nadaría a través de los mares de nubes buscando la mayor biblioteca del reino celeste que le sería entregada como presente

 

 El caballero y el hada  se enamoraron profundamente, el dejo de trotar el mundo viviendo muchos años felices en el castillo encantado que el dragón les regalo

Cuentan que cuentan los que saben que desde aquel instante se rememora esta fecha regalando flores y libros

 

Sin olvidar las sonrisas provocadas al recibirlos, remitidas desde el cielo azul por nuestro dragón que sigue viviendo feliz entre las nubes para regresar cuando en el mundo se necesita una sonrisa para seguir creyendo en los sueños