En el viento se huele sangre

 

Triste noche; la lluvia había anegado los caminos y no podía regresar a casa. Decidí hacer un recorrido antes de acostarme, pero en ese instante sonó el teléfono avisando  una emergencia

Uno de los pacientes peligrosos de la sala de psiquiatría había huido

La historia clínica  ponía en evidencia que la fugada era una maniática asesina sumamente peligrosa, con varias muertes sangrientas en su haber

Debíamos encontrarla antes de que alguna desgracia ocurriera

 

Mientras  comunicaba lo ocurrido a  la policía, concluimos  en  recorrer la zona en su búsqueda. La noche no ayudaría pues el cielo estaba tormentoso y la niebla espesa .pero ella a pie y con el lodazal, tampoco  andaría tan lejos

Tome el camino hacia el sur, él que llevaba al cementerio viejo y abandonado Los lugareños contaban historias terroríficas del lugar pero no me afectaba ya que conocía lo supersticiosos que eran

De repente a unos cien metros por delante, el faro de mi linterna, rompe niebla, dejó  ver una fugaz figura que corría veloz hacia la entrada del cementerio. Corrí hacia ella, dándole la voz de “alto”

 

Giro, me miro y con voz quebrada  dijo: déjeme entrar, no estoy loca, ni soy una asesina. .Le prometo que volveré y regresare con usted

Algo paso, la deje ir. Mientras permanecía en el lugar sin moverme; pude percibir que la noche olía a sangre. Fue en ese instante cuando escuche la voz espectral a mi espalda

Mala cosa estar en este lugar y a esta hora: sentencio .Los seres oscuros están alertas...Esperando... Saben que algo sucederá..Venga señorita, no es bueno estar a la intemperie

Como hipnotizada, le seguí. Entramos en una vieja construcción que debió ser  en su época la sacristía de la derrumbada capilla

Busco dos copas y me sirvió ron, diciendo: tomé que la noche será larga

Dígame ¿qué pasa acá? ¿Por que dice que la noche será larga? ¿Quién es usted?

Calmaos, vamos por parte

Yo soy el centinela

 

Ella, la madre de la novicia de las Clarisas asesinada

Él, un ángel  que callo en las tinieblas, un demonio que quedó atrapado entre la luz y la tenebrosidad.; que mato a la niña arrancándole su corazón

 

Ella debe matarlo, para recuperar el corazón de su hija y devolverlo a su tumba para que pueda descansar

El silencio  sepulcral, un rayo lo parte ; me sobresalto

En el viento se huele sangre, sangre inocente otrora derramada y sangre nueva vertida…en esta noche de pesadilla

Ella, yace muerta a los pies del ángel rebelde…con una rosa roja florecida en su pecho por donde se le fue la vida