antes de lo esperado

El tic tac monótono, casi imperceptible

Latidos del viejo reloj de madera

De fondo ruge de amor el mar, acariciando la arena

Y el viento baila entre las hojas muertas del viejo olmo

 

A la hora señalada, el reloj sonó

Un tañido grabe que se propago por todo el castillo

Pero nadie respondió al llamado, el silencio eterno

Y sin embargo el viento seguía bailando

Solo, entre los muros

 

Bailo y bailo con tanta vehemencia

Que sus giros y volteretas abrieron el libro

De la cubierta negra y las letras rojas

De donde brotaron fantasmas, espectros

Los muertos, los vivos y ausentes

Las horas y los lugares, la antigua casa

En la colina donde da el sol

Donde en el verano jugábamos, ¿te acuerdas?

El ladrido amigable de un perro

Y el aroma a lluvia

La reina noche y su sequito brillante

Vestida de astros y negrura

El dios sol, brotando en sangre

Ojos de fuego eterno que me vigilan

Y el hijo humano de ambos, siempre joven

E inexperto

La llave aquella que aquel viejo siempre

Llevaba en su cuello, colgando en una negra cadena

El no recordaba para que servía, que abría

Pero la llevaba siempre consigo

Por si algún día la necesitara

Las tormentas y el mar, el grito de los dioses

Y la batalla por el retorno al hogar

El aleteo del pájaro y su vuelo

Lo que se esconde entre las sombras

Y nos habla con susurros…

Pandemónium intemporal

Entre el viejo recuerdo de la noche de invierno

Y la letra de aquella vieja canción

Las risas y los llantos, las caricias

Que no llegaron y sin embargo uno

Las sueña, ahí bien profundo

 En el alma

 

A la hora señalada

El castillo se envolvió en una vida prestada

Una vida que no era suya y sin embargo la disfrutaba

Y la devoraba con ansias, se comía hasta las migas

No quería perder nada

Sabía que todo acabaría

Porque todo acaba siempre

Todo llega a su fin

A veces, antes de lo esperado…

 

El rey de los desterrados

 

Dedicado a iansa