sábado, 20 de noviembre de 2010

las cuerdas

Se tenzan las cuerdas

Se eleva la marioneta

Crujientes huesos

Alma en pena

 

Suspiro que se extiene infinitamente

Al interrumpir el descanso

Baila baila

Suena la musica desaforada

Se sarandean sus brazos

 

Ha vuelto el, a quien nadie esperaba

Pasos que retumban en la sala

Manos que acarician y raspan

Labios cargados de secretos

 

Vueltas y mas vueltas da la marioneta, arrastrada de un lado al otro por un cruel Maestro. Ella le teme, pero mas miedo le tiene, a la libertad que nunca tubo.

 

Aplaudan bien fuerte

A tan bella orquesta

A tan majestuosa puesta en escena

A tan intrincada historia de amor

 

Quiebrate y grita

Simula que estas viva

No te das cuenta que el publico

Ya no cree en tus pantomimas

 

Y las cuerdas se rompen de tanto esfuerzo, dejando a la marioneta frente  a las fauces de su miedo; de pronto sin desearlo, un universo infinitamente oscuro se abre ante sus ojos y ella ve, las aucensias, las perdidas, las decisiones, todos los golpes, todas las traiciones y gritando pide las ataduras, ruega por las cuerdas, ruega por su Maestro, temblando ante tanta soledad.

 

El rey de espadas

4 comentarios:

  1. Extraño y sumamente bello a pesar de que se lo pueda leer con tristeza
    Lo siento como el pájaro que creció enjaulado y que al estar la puerta abierta sale pero no sabe donde ir
    Su gimnasia de jaula, le impiden ver mas allá de los barrotes .. La muerte lo acecha no sabría sobrevivir

    Me encanto el escrito , tiene alma

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  2. Pues si, la libertad es algo tan basto, tan extenso que da miedo a veces

    quizás la moral, la cultura, las normas y las leyes, sea lo que nos mantiene cuerdos ante el abismo de caminos inacabables.

    Como bien dijo Asimov, en el final de su cuento "Vida y tiempos de Multivac"

    "He conseguido nuestra libertad.

    Y se interrumpió, conciente al fin del peso del silencio, cada vez mas intenso. Catorce
    imágenes le miraban fijamente y de ninguna de ellas salía una palabra de respuesta.

    -Hablabais de libertad -dijo Bakst con voz chillona-.
    ¡Ya la tenéis!
    Y luego, vacilantemente, añadió:
    -¿No era esto lo que queríais?"

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  3. Realista y con matices acidos pero un buen escrito
    me encanto .
    un besito

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  4. Excelente chaval ,con la libertad muchas veces no sabemos que hacer; más cuando hemos sido esclavos sea por lo que sea física o sentimentalmente

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