Los durmientes y el dragón

Hace mucho, pero mucho tiempo un malvado brujo, amargado, solo y empalagoso, que  no tenía otro afán en su vida, qué  molestar a los demás, robando o secuestrando guerreros, príncipes y caballeros a los que esclavizaba para su propia  protección; solía cortar el viento, en busca de una  compañía que hiciese  su corazón palpitar   Aunque era muy difícil encontrar una dama en la estepa ya que la soledad,  el viento y el terrible frío de Siberia impedían que las doncellas se arriesguen a transitar  su inmensidad pero un día se le dio la oportunidad   En un gélido anochecer, el graznido penetrante del cuervo, y los aullidos de los lobos  llamaron su atención y  allí  la vio en la lejanía,  y  tuvo la desfachatez de poner sus ojos en esa  dama, solitaria, que caminaba presurosa por la blanca estepa Montado en su escoba  aterrizó a su lado y, con su voz ronca y seductora; le dijo: _Mujer sube y vente conmigo o la muerte te encontrara antes que llegues a algún  poblado, en mi fortaleza encontraras calor y alimento   Ella, lo miro con sus ojos color del tiempo, y  se negó firmemente siguiendo su senda   Había llegado el tiempo de animar a los Durmientes y recuperar la lira escondida; el último de los 7 signos de la luz que en el pasado ayudaron a los 13 Inmortales, que vinieron del infinito  a defender la tierra en la eterna  lucha contra las tinieblas, y que  no pudiendo retornar a su tiempo, se quedaron petrificados en la montaña a la espera de que alguien los libere La profecía decía  que ellos podrían regresar a la vida  cuando en el cielo se alinearán  6 planetas (todos menos Saturno) al amanecer y a lo largo del camino elíptico del sol, regresarían a su hogar Bajo la montaña del Destino Yacen los Durmientes y su Rey Dragón Donde los cuervos graznan y los lobos aúllan La  triste sombra, entregador  del mal caerá Pero  sin cesar el canto de la lira guiará A despertarlos del sueño, exhortándolos a cabalgar   Ese día estaba próximo, tal que la hechicera partió decidida a cumplir su misión, a sabiendas que el dragón dormía en la base de la fortaleza del cruel brujo… Enfurecido por el desprecio de ella, el brujo se abalanzó y tomándola de sus cabellos;  la montó sobre sí mismo y raudo emprendió la  trayectoria a su fortaleza;  en lo más escarpado  de la  montaña   Lo que este repugnante ser no sabía es que, quien había secuestrado era una  hechicera, descendiente de los Ancestrales y que con su forma de actuar le acercaba más al dragón; a ella, le bastaría entonar su canto para despertarlo y él sería  quien al  tocar la lira  resurgiría a los 13, instándolos a cabalgar hacia el infinito   Ella entono su canto, el silencio fue total y de repente el cielo en un relámpago se abrió, mientras  el rayo al brujo aniquilaba, el dragón lira en mano, levantaba majestuoso su vuelo, sujetando en su caída a su reina, la hechicera Mientras él descendía a tierra, ella tomo la lira en su brazo y paso los dedos de su otra mano sobre las cuerdas   Y el mundo cambió Un extraño brillo ilumino todo el entorno, la montaña, la estepa, las nubes y los árboles. Los matices se hicieron más intensos, los sentimientos más vivos y a través de la luminiscencia que la luna dejaba filtrar se divisaron 13 figuras tomando forma. Eran hombres a caballo, brillantes figuras plateadas con túnicas y capas; cada uno de ellos llevaba una espada a su costado y el aro de la nobleza en sus testas Giraron en el aire, dieron vuelta tras su líder y se detuvieron alineados ante su rey, desenvainaron sus espadas sosteniéndolas rectas frente a sus rostros a modo de saludo, besaron su hoja en homenaje Envainaron luego sus espadas, ante el saludo de su rey y dieron media vuelta y sus monturas corcovearon al infinito   La hechicera había permanecido fiel a su amado  durante los evos esperando el momento y ese había llegado   La luz y el amor  habían vuelto a triunfar sobre las tinieblas